Ya empezando noviembre, hemos terminado (casi) de montar y colocar los muebles en nuestra fábrica de filamento. Ha quedado genial (en el próximo post colgaremos las imágenes, ya que aún falta alguna cosita y queremos que esté impecable para ustedes).
Hemos distribuido los puestos de trabajo de una forma muy estructurada, de forma que cada tarea que compone el proceso de producción se ubique en un banco de trabajo (o zona, dependiendo del tipo de tarea) y tenga un color específico. De esta manera es más sencillo para los chicos y chicas realizar el trabajo y especializarse en aquellos que se les dan mejor. También es muy útil para el trabajo de supervisión del personal educador.
En los próximos días vamos a comenzar con el proceso formativo, dirigido por el pedagogo del proyecto de adultos, Yauci Fernández. Consistirá en modelar los procesos y evaluar la realización de los mismos por parte de los chicos y chicas, para luego determinar quién puede (o no) realizar determinadas tareas. Va a ser un proceso largo y complejo, pero dará sus frutos, y lo más importante, será divertido (no cabe duda).
Paralelamente, Paco y Adolfo, nuestro apoyo en los hogares para las tareas de mantenimiento, están poniendo a punto otros aspectos del local (pintado, acondicionamiento de los baños, etc.).
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